En tiempos de Coronavirus hemos escuchado muchas teorías conspirativas sobre la implantación de chips con fines perjudiciales para nosotros. Como que algo externo nos va a controlar. Pero ¿y si usáramos la tecnología al revés y un chip nos sirviese a nosotros, como individuos, para controlar con nuestro cerebro objetos electrónicos externos y apoyar la función sensorial de nuestros oídos, ojos o extremidades?.
La empresa Neuralink de Ellon Musk trabaja desde 2016 en esto. El empresario explicó que mediante nanotecnología, se implantó un chip en el cerebro de un mono. El chip inalámbrico hizo posible que el mono jugara videojuegos suando solo su mente. Este es la primera aplicación del LINK (chip) que se busca, apoyar a las personas con daño en la médula espinal. Pero hay más aplicaciones previstas.
Se está buscando que el Link pueda asistir con la percepción e interpretación del sonido.
Neuralink
A finales de 2020, publicó que implantó un chip de Inteligencia Artificial a un cerdo. El chip, que es del tamaño de una moneda, transmite datos de forma inalámbrica. Con esto pretende algún día poder dar a la gente telepatía, curar la parálisis o permitir una visión sobrehumana.

“El Link es un punto de partida para un nuevo tipo de interfaz cerebral. A medida que nuestra tecnología se desarrolle, podremos aumentar los canales de comunicación con el cerebro, accediendo a más áreas cerebrales y a nuevos tipos de información neuronal. Esta tecnología tiene el potencial de tratar una amplia gama de trastornos neurológicos, restaurar la función sensorial y de movimiento y, finalmente, ampliar la forma en que interactuamos entre nosotros, con el mundo y con nosotros mismos.”

La Ingeniería neuronal de Neuralink busca reconectar el pensamiento con la acción. Este proyecto observa 4 áreas del cerebro: Cortex Visual, Cortex Auditivo, Cortex Somatosensorial (sentido del tacto) y Cortex Motriz.
Se está buscando que el Link pueda asistir con la percepción e interpretación del sonido. Con la finalidad de lograr ayudar a las personas con pérdida auditiva a restaurar la función del oído.
Es como tener un “Fitbit” en la cabeza que envía informes de su actividad eléctrica para comprender mejor cómo el cerebro manda señales a todo el cuerpo para funcionar. Con esta información, se busca poder vincular el chip vía Bluetooth a otras máquinas mediante una interfaz que permita restaurar funciones sensoriales y motrices, así como, dar tratamientos de desórdenes neurológicos.
Neuralink aun no ha hecho pruebas de este Link en humanos, pero explican que les gustaría pasar a esa fase durante el año 2021.
Este es un esfuerzo más de aprovechar la inteligencia artificial para mejorar la salud de las personas y su inclusión. La pregunta del millón queda… ¿tendrán éxito? Ya veremos.
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